Entrenar es siempre una emocion.
Empieza por una emocion.
Tu cuerpo recibe la caricia de tu pensamiento adoptando la forma con la cual tus ojos le miran.
Procura que sea siempre una caricia.
No existe nada mas profundo que una caricia.
Con una caricia, tu cuerpo se abre a tu alma.
No tiene miedo a temblar, ahora, ¡Mirame a los ojos!
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen
viernes, 15 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario